Gastronomía

La gastronomía es hoy un patrimonio vivo en Ruán, y forma parte integrante de la ciudad desde hace siglos. Segunda ciudad del Reino de Francia desde el siglo ^XII, la prosperidad de la ciudad ha contribuido al desarrollo de esta cultura gastronómica y de las artes de la mesa. Pasee por los dos principales distritos gastronómicos de Ruán, vaya a recoger alimentos con un chef y disfrute de los puestos rebosantes de quesos, mariscos y delicias dulces de los mercados de la ciudad. El patrimonio gastronómico está en el centro de las nuevas experiencias que se ofrecen, y es un reflejo de la creatividad del destino. Quesos normandos, crème fraîche, vieiras, sidra, Calvados, Pommeau… son sólo algunas de las especialidades normandas que siguen triunfando. Los chefs de Rouen trabajan a la manera tradicional, revisitándolas con deleite. Déjese caer poruno de los numerosos restaurantes que animan la ciudad y ¡disfrute!

Rouen à Table! es un gran acontecimiento gastronómico que se celebra todos los años en octubre. Este acontecimiento, que rinde homenaje a Ruán, única ciudad francesa galardonada con el sello de Ciudad Creativa de la UNESCO en el ámbito de la gastronomía, pone de relieve las artes culinarias en todas sus formas. Durante varios días, la ciudad se transforma en un vasto campo de descubrimientos gustativos: cenas excepcionales, talleres, rallyes gastronómicos, demostraciones y encuentros entre chefs, artesanos y productores con la Fête du Ventre y la gastronomía normanda. Rouen à Table! es una invitación a compartir sabores, dar a conocer los productos locales y combinar tradición y creatividad. Abierto a todos, reúne a restauradores, comerciantes, escuelas de hostelería y socios locales, al tiempo que se abre al mundo a través de intercambios con la red de Ciudades Creativas de la UNESCO.

¿Ha recorrido alguna vez la ruta de la fruta? En un meandro del Sena, entre Notre-Dame-de Bliquetuit y Duclair, se extienden coloridos huertos donde manzanos, perales y cerezos se benefician de un microclima especialmente favorable. Coja su cesta -puede comprar fruta «a la puerta» – y hable con los cultivadores. A la entrada de la ciudad desde 1969, el Marché d’Intérêt National de Rouen (MIN) es un centro logístico esencial dedicado a la distribución de productos alimentarios frescos, al servicio de la región. Al apoyar la producción local, favorece las cadenas de suministro cortas y el dinamismo de los comercios de proximidad. Habitualmente reservado a los profesionales, el MIN está ahora abierto al público, con visitas guiadas especiales.

El Club des toques reúne a los mejores chefs y artesanos de Rouen, todos ellos experimentados y deseosos de ayudar a descubrir elarte francés de la degustación. Así es fácil encontrar una lista de los mejores restaurantes gastronómicos.

Manzanas, manzanas… ¡pero no sólo manzanas! Por supuesto, la sidra es la bebida normanda por excelencia. Numerosos productores abren sus vergeles y lagares de sidra para presentarle la elaboración de esta bebida local, que hoy en día se disfruta como aperitivo o acompañando carnes y, por supuesto, postres. El Pommeau, envejecido en roble, es un aperitivo normando elaborado con mosto de sidra y Calvados. Bébalo bien frío. Y para los amantes de la malta y el lúpulo, Normandía también forja su propia historia: la cerveza artesanal está en auge aquí, impulsada por cervecerías locales que combinan el saber hacer tradicional con la creatividad regional.

¿Una cerveza en una iglesia? ¿Almorzar en una joya del arte medieval? En Ruán, la gastronomía está indisolublemente unida a la rica presencia de monumentos históricos. Tome asiento en la Place du Vieux-Marché, rodeada de casas con entramado de madera, y disfrute delanimado ambiente de este barrio histórico con una copa en la terraza.

En el corazón de la histórica ciudad de Ruán y de los encantadores municipios que la rodean, encontrará una rica diversidad de mercados, donde la esencia misma de la tradición y la cultura locales cobra vida en una profusión de sabores y tesoros ocultos. Los puestos rebosan de coloridas frutas y verduras frescas, productos artesanales locales y, por supuesto, vendedores de artículos de segunda mano que ofrecen mil objetos cargados de historia.