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©Christophe Cressent - Ma Boulangerie

Retrato de un artesano

Christophe Cressent

Galardonado con el premio Meilleur Ouvrier de France en 2000, Christophe Cressent impregna sus panes y pasteles de todo su saber hacer y buen humor en sus dos tiendas del centro de Rouen.

Mi panadería

Christophe Cressent

Detrás del escaparate que da a la encantadora tienda place du Vieux-Marché, se puede ver a los panaderos enfrascados en harina y buen humor. Y es que el pan es ante todo cosa de hombres y mujeres para Christophe Cressent, a quien le gusta recordarnos: «la calidad requiere la intervención humana. «

Bisnieto de panaderos y formador desde hace diez años, trabaja su pan con masa madre natural, harina ecológica y tradición francesa. Entre sus panes destacan las tartas de centeno a la antigua usanza, los panes de nueces, los adoquines rústicos y su famosa baguette «signature«, que vuelve locos a los habitantes de Rouen, por no hablar de sus no menos sabrosos brioches de hojaldre, viennoiseries y pasteles.

Pan de masa madre.

El olor del pan caliente y las delicias dulces

«Quiero que la gente tenga ganas de comer cosas buenas y que el placer sea cotidiano»

A este artesano de corazón le gusta mantener la tradición pastelera pero también experimentar, jugando con las texturas y los sabores. Por ejemplo, está resucitando el mirlitón de Rouen, una pequeña tartaleta elaborada con azúcar, vainilla y mantequilla fundida, que revitaliza conservando su textura cremosa.

«Es una forma de homenajear a mi abuelo, que hacía un flan maravilloso que aún recuerdo», afirma entusiasmado.

Hoy en día, Christophe Cressent está presente en los dos ejes gastronómicos de la capital normanda, Rue Armand Carrel y Place du Vieux-Marché, creando panaderías gourmet y acogedoras y abasteciendo a los principales restaurantes de la ciudad con sus panes tan sabrosos.

 

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