Románico y gótico

Aficionado al arte románico, no dude en hacer la ruta de las abadías en el Parque Natural Regional de Boucles de la Seine Normande. La abadía Saint-Georges de Boscherville es una joya en su género, de líneas sobrias y bóvedas claras y macizas. Construida en el siglo XII, es una de las abadías más prestigiosas de Normandía.

Otro lugar sagrado es la abadía de Jumièges, testigo de excepción de las primeras grandes realizaciones del arte románico de la región. Muy cerca, la nave románica de la iglesia de Saint-Valentin merece una visita, al igual que la de Duclair o Yainville, cuya hermana gemela se encuentra en Newhaven, ¡al otro lado del Canal de la Mancha! A las afueras de Ruán, la capilla de Saint-Julien, en Petit-Quevilly, es una joya en su género. Sus soberbias pinturas murales de finales del siglo XII la convierten en un monumento excepcional.

¿Un pequeño descenso subterráneo? Sumérjase en la increíble atmósfera de la Maison Sublime, el monumento judío más antiguo de Francia, que se encuentra bajo el actual Palais de Justice. Su construcción se remonta al siglo XI. Y para volver a las raíces de la catedral, nada como descender a su cripta románica en las visitas guiadas. (Acceso actualmente cerrado por obras en el coro.)

La Edad Media dejó en Ruán joyas arquitectónicas inigualables. Pasee por las callejuelas bordeadas de casas con entramado de madera y escápese al Manoir de l’aumônerie en Saint-Martin de Boscherville. ¡Sienta cómo la atmósfera medieval sigue emocionando!

En Ruán, el estilo gótico es el rey. Numerosos monumentos atestiguan todas las evoluciones estilísticas de este estilo, que a partir del siglo XII se caracterizó por iglesias más altas, más grandes y más luminosas. Eche un vistazo a la iglesia abacial de Saint-Ouen, ¿no es impresionante? Es una de las iglesias más grandes de estilo gótico radiante, con sus amplios espacios y sus inmensas vidrieras que dejan entrar una luz resplandeciente en el edificio.

A unos pasos, en el quartier des Antiquaires, se encuentra la iglesia de Saint-Maclou, que maravilla por su detallada ornamentación, característica del estilo gótico flamígero. Comenzó a construirse en 1437, y los historiadores del arte coinciden en que es la joya del patrimonio francés. La fachada del Palacio de Justicia, toda en dentelle, es también un buen ejemplo de este estilo que anuncia las bellezas del Renacimiento.

Por último, por supuesto, es la catedral de Rouen la que se erige en solitario como escaparate de la arquitectura gótica. Su fachada cuenta toda la historia de la evolución de este estilo desde su tour Saint-Romain erigido a mediados del siglo XII, su fachada del siglo XIV con sus 52 estatuas y su tour de Beurre que data de finales de la Edad Media. Es un libro de historia suntuosamente plasmado.